Las Fallas y el Burning Man: la unión entre la creatividad y el fuego
El Centro del Carmen de Valencia será testigo del 3 al 26 de marzo de la exposición de “Renaixement”, aquella falla que ha hecho historia en uno de los acontecimientos artísticos más grandes del mundo, el Burning Man.
“Renaixement” es un proyecto que inicia hace año y medio, como un medio de intercambio cultural entre el Burning Man y Valencia. Un festival, que al igual que las Fallas, va en torno a la creatividad y el fuego. La idea de identificar el arte efímero urbano con las Fallas encantó a los organizadores de este macro evento, naciendo la necesidad de vincular ambas festividades. En definitiva, una posibilidad de conexión absoluta.
Esta obra de Pink Intruder, creada por el artista David Moreno y el arquitecto Miguel Arraiz, transportó a las Fallas hasta el otro lado del charco. Una escultura gigantesca con una estética limpia y preciosa que pretende y pretendía acercar el arte fallero a este evento, llamando a los asistentes a explorar su interior y escalar sus trenzadas paredes. Una esperanza de que el festival sea un altavoz para las Fallas, y para Valencia, una forma de hacerse presente aquí y en el mundo.
Mezcla de innovación y de tradición pura
El lenguaje de esta falla era diferente a los demás, pero no su esencia: trabajo colectivo, artesanía, materiales.
Una combinación de geometría y escultura; y una reinterpretación de las decoraciones del Mercado de la Seda de Valencia, edificio Patrimonio de la UNESCO desde el siglo XV. Un cubo de oro compuesto por más 25.000 piezas, que lleva máscaras que decoran todo el documento en homenaje a los artistas y artesanos falleros.
Esta obra de arte mezcla el lenguaje contemporáneo de la arquitectura con las piezas de cartón y moldes tradicionales de la construcción de las Fallas.
Fue un proyecto complicado, donde se luchó con la distancia, las trabas administrativas y económicas, la temperatura y los vientos de 160 kilómetros por hora que amenazan con tumbar cualquier instalación.
El reto principal fue encontrar un material resistente y fácilmente combustible; y que soportara convertirse en una estructura pesada y de grandes dimensiones. Según Miguel Arraiz, “El plástico y la madera están prohibidos, por los residuos que dejarían tras la quema del monumento, así que el cartón ha sido el material elegido”. Siempre contar con materiales que cuenten historias de otra manera. Es por eso que los tubos y mandriles fabricados por Alpesa eran los ideales.
El “Renaixement” ha sido el último proyecto, de los tantos en los que han trabajado conjuntamente estas dos empresas en los últimos años, uno aportando los materiales y el otro aportando la creatividad; y ambos poniendo a juego su destreza y conocimientos para hacer frente a las adversidades climáticas.
Para el montaje del monumento, se contó con la ayuda de un equipo compuesto por más de 20 personas, las cuales trabajaron durante 10 días soportando las temperaturas cambiantes del desierto.
“Renaixement” recuerda a la última falla de la desaparecida Comisión Fallera de Nou Campanar, “Ekklesía”. Aquella que los fuerte vientos derribaron hace dos años. Una falla diferente, obra de Pink Intruder, que simulaba metal, pero que en realidad fue elaborada solo con tubos de cartón de Alpesa.
Ha llegado la hora de completar el círculo
La falla no fue quemada en el Burning Man ni será quemada este 19 de marzo en Valencia, seguirá siendo admirada por sus habitantes por unos meses más. Pero su cremá ya tiene fecha.
Torrent podría ser ese emplazamiento para un posterior punto y final de la falla el próximo otoño. El 9 de octubre de este año el Ayuntamiento de Torrent y Pink Intruder quemarán esta falla.
¿Qué el Burning Man?
El Burning Man está considerado un invento único de experimentación social y artística que se desarrolla en la “ciudad efímera” de Black Rock, el desierto de Nevada a 1.500 kilómetros de la ciudad de San Francisco. Este evento originado en 1986, reúne a más 80.000 personas y al igual que las Fallas solo existe por 7 días año; y una vez acabados ambos festivales desaparecen sin dejar rastro.
Este festival se rige por 10 principios: la autosuficiencia radical, la inclusión radical del desconocido, la generosidad, la desmercantilización, la autoexpresión, el esfuerzo común, la responsabilidad cívica, la inmediatez, la participación y una actividad social que desaparece sin dejar rastro.
Al igual que en las Fallas, en el Burning Man se exponen esculturas gigantescas elaboradas por familias, asociaciones o grupos de personas, con materiales sostenibles que posteriormente serán pasto del fuego.
