Isabel Castillo: “ALPESA fue una empresa valiente que además de hablar de sostenibilidad quería involucrarse en ella”

Licenciada en Derecho, Isabel Castillo se aproximó a la Responsabilidad Social Empresarial (RSE) por una inquietud personal porque “estaba convencida que las empresas tenían un gran potencial para ayudar a las personas y viceversa”. Estuvo en la primera promoción del Máster en RSC que hizo la Universidad de Alcalá de Henares en 2007. Y ha recalado en algunas de las asociaciones más destacadas en este ámbito a lo largo de su trayectoria profesional. Hoy como directora del CE/R+S y directora y docente de su Máster repasa el cumplimiento de los ODS en las empresas de la Comunitat ahora que se cumplen seis años de su firma.

¿Se podría decir que las empresas de la Comunitat y nacionales están cumpliendo con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030?

Sí que se ha visto una evolución y aumento creciente por conocer estos ODS. Pero creo que el siguiente paso, donde radica el reto importante es en alinear la estrategia de las compañías con estos ODS y ser capaces de establecer objetivos propios empresariales y medirlos para mejorar. De 2020 a 2030 esos retos se deben convertir en realidades, y meterlos en el día a día de la empresa. No como algo ajeno sino como algo que se integre en el propio negocio.

¿Cómo ha sido la evolución en estos cinco años en cuanto a la aplicación de los ODS?

Estamos analizando un tiempo que ha supuesto un antes y un después. Ahora ya casi nadie recuerda como en el último trimestre de 2019 hubo manifestaciones promovidas por la figura de Greta Thumberg con una gran apuesta en el terreno medioambiental. De repente irrumpió la COVID-19. Y nos dimos cuenta que el medioambiente, de alguna manera podía afectar a la operativa de las empresas. Y sobre todo vimos que la COVID-19 hizo que la ola que se centraba en lo medioambiental despertara también la conciencia social.

Antes se veía como el ODS 13 “Acción por el clima” aparecía siempre en los primeros puestos y de repente ha cobrado importancia el ODS 8 “Trabajo decente y crecimiento económico” y el ODS 3 “Salud y bienestar”. Hemos visto como los ODS también se ven afectados por el contexto.

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“La COVID-19 hizo que la ola que se centraba en lo medioambiental despertara también a la conciencia social”

¿Qué impacto está teniendo el COVID-19 en esta Agenda 2030?

Pues en algunas empresas se ha acelerado y en otras lo contrario. Es decir hay empresas que se han dado cuenta de cómo la cultura implantada, en cuanto a seguridad y salud laboral les ha beneficiado durante la gestión de la COVID-19 y en cambio hay empresas que, debido al impacto económico de la pandemia han tenido que focalizarse en sobrevivir. Hemos visto las dos cosas.

Puesto que la acción y la consecución de los ODS debe venir desde arriba ¿Cómo deben ser los perfiles de los nuevos directivos que comanden el cambio hasta 2030?

Como directora del Máster de Responsabilidad Social y Sostenibilidad que organiza el CE/R+S con la Universidad Europea de Valencia y una de las razones por las que se llevó a cabo y en la que seguimos insistiendo todos estos años es la importancia de que los directivos sean conscientes del aspecto profesional de la sostenibilidad.

No todos los directivos tienen que ser responsables de la sostenibilidad, aunque cada vez más, se demandan perfiles de sostenibilidad o perfiles que integren conocimientos de sostenibilidad. Por ello, es importante que todos los directivos y todos los departamentos de una compañía tengan, no solo la sensibilidad sino también el conocimiento profesional en sostenibilidad.

¿Cómo se puede animar a las pymes, tipología de empresa mayoritaria en la Comunitat, para que apuesten por modelos más sostenibles?

En primer lugar que crean que pueden hacerlo, porque la sostenibilidad no solo es una cuestión de grandes compañías, todas las empresas pequeñas y medianas, de todos los sectores pueden hacerlo. Pero para ello es importante que hagan una introspección en cómo es su modelo de empresa y cómo la pueden integrar en su modelo de empresa. No todas tienen que salvar osos polares pero sí alinear su negocio con la sostenibilidad. Y eso lo pueden hacer por ejemplo con la creación de las alianzas y de asociaciones como puede ser el CE/R+S.

“No todas las compañías tienen que salvar osos polares, pero sí que alinear su negocio con la sostenibilidad”

¿Qué importancia tiene en este contexto asociaciones como el CE/R+S?

Lo que pretendemos es transmitir todo el marco normativo y regulación que viene de Europa para que las empresas puedan adaptarse. Que no suponga trabas sino que suponga oportunidades. Y es importante que las empresas tengan ese espejo en el que mirarse con muchas áreas; formación, regulación, buenas prácticas, participar en iniciativas de acción social sufragadas por el propio Club y de ser el altavoz de sus acciones en medios de comunicación y colaboración con la Administración. Y como fundador del CE/R+S, ALPESA fue una de esas empresas valientes que no solo hablaban de sostenibilidad sino que querían involucrarse en el desarrollo de la sostenibilidad .

La búsqueda de alternativas al plástico es una de las máximas hacia la sostenibilidad de las empresas de envase y embalaje ¿Es ALPESA, en este sentido, un ejemplo de que la sostenibilidad en un sector industrial es posible?

No solo es que lo crea, además lo demuestra y tiene la voluntad y la transparencia de contarlo en jornadas, en webinars, en encuentros de buenas prácticas. No solo es un ejemplo de sostenibilidad sino que enseña a los demás cómo hay alternativas. Creo que en este sentido, ALPESA enseña que existen alternativas y además lo comunica de un modo continuo y transparente. Por tanto, no es un ejemplo de sostenibilidad solo en su objeto social sino en cómo lo transmite desde la confianza y la transparencia.   

 

 

 

 

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