Una vista atrás a los orígenes del papel y cartón

La materia prima de los tubos, mandriles, cantoneras y anillas, así como del palet de cartón Úpalet® de Alpesa es el cartón reciclado. Hoy echamos la vista atrás y nos remontamos a cuáles fueron los orígenes de esta materia prima.

El papel nace en el antiguo Egipto a través del “papyrus” que era la médula del tallo que crece espontáneamente a las orillas del río Nilo, según la Asociación Hispánica de Historiadores del Papel. Los egipcios cortaban en tiras largas y delgadas este elemento y lo colocaban uno encima de otro en sentido perpendicular.

Esta utilización culminó con la generalización del uso del pergamino por la invasión árabe que paralizó el tráfico entre Oriente y Europa. La hoja se prensaba y golpeaba con un mazo para obtener un grueso uniforme.

Sin embargo, las hojas blancas, como tal, se inician en China en el año 105 cuando el Chabelán de la Corte Ts´ai Lun ofreció al emperador Hai este presente. Rápidamente pasó a Corea y de ahí a Japón. Y desde ahí, de un modo más lento a Occidente.

A finales del Siglo I, según los historiadores, Cai Lun, enuco y consejero imperial del Emperador He de Han fue el primero en realizar cartón en China.

Y fue, a través de la ruta de la seda, cómo los árabes extendieron la fabricación del papel en su vasto imperio hasta España que se convirtió en una lucrativa y valiosa mercancía.

A los árabes se les deben grandes avances en el papel y su técnica de fabricación como la utilización de la energía hidráulica, el blanqueo de las fibras con cal, el encolado con goma arábiga o engrudo de almidón y el perfeccionamiento de la técnica papelera.

Durante el siglo X, el papel se va introduciendo en España por la puerta de Córdoba. Es en ciudades como Córdoba, Granada y Toledo, durante los siglos X y XI, donde se empiezan a ubicar los primeros molinos papeleros.

Xàtiva, precisamente en la Comunitat Valenciana, es la primera población de Occidente en la que antes de 1154 se conoce la existencia de industria papelera.

El papel viajó al resto de Europa a través de los movimientos migratorios sobre todo por italianos y provenzales que comerciaban con Bagdag y Damasco.

Los primeros molinos europeos se encuentran sobre todo en la cuenca del Mediterráneo en España, Italia y Francia. Y en 1440, con la invención de la imprenta por Johann Gutenberg, el papel vive un nuevo impacto.

En el siglo XVII se logra el desarrollo de nuevas fibras papeleras y en 1844 se encuentra un nuevo material idóneo para la obtención de papel; la madera.

La manufactura del papel en España vivió periodos de mayor o menor prosperidad hasta llegar al Siglo XVIII. En 1750 se produce otro avance en la fabricación del papel que es el “papel velini” de John Baskerville.

Y es en 1840 en Manzanera el Real cuando en España se instala la primera fábrica de papel continuo lo cual, junto a la pasta de papel, precipita de forma vertiginosa el desarrollo de esta materia prima.

Y aunque en los primeros tiempos de la industria del cartón ondulado se tuvo como protagonista a pioneros cuyos procesos de fabricación eran manuales, es precisamente a finales del siglo XIX y principios del XX cuando el cartón evoluciona hasta el cartón ondulado que hoy conocemos.

Hoy en día el papel y el cartón están presentes en numerosos ámbitos de la vida y en una gran variedad de productos cuyos objetivos son muy diversos como el comercio, el transporte de todo tipo de mercancías y su logística. Ejemplo de ello son los mandriles, tubos, anillas y cantoneras de Alpesa.

En la actualidad el cartón es una de las materias primas más versátiles que junto al desarrollo del reciclaje permite prolongar la vida útil de la fibra de celulosa de la madera y obtener productos tan innovadores y eficaces como Úpalet® , el palet de cartón 100% reciclado de Alpesa.

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